Objetivos y medidas

26 de abril de 2020

Hasta que no haya una vacuna eficaz viviremos bajo la amenaza del coronavirus. Gobiernos y científicos no esperan que esto ocurra antes de un año, como mínimo. Después habrá que producirla, distribuirla y aplicarla. Llevará tiempo.

Otra línea farmacológica en marcha consiste en la búsqueda de medicamentos más eficaces para evitar o reducir los fallecimientos. Es posible que esto se logre antes que la vacuna, pero existe aún incertidumbre sobre la evolución de las personas que han superado la enfermedad y las secuelas que haya podido dejar en ellas.

Por ahora, la medida más eficaz para afrontar la pandemia consiste en la aplicación masiva de test a la población para la identificación de las personas portadoras del virus y su posterior aislamiento. Estamos viendo las dificultades que los gobiernos experimentan para poder hacerlo, pero es posible que esta capacidad vaya mejorando. Ojalá que sea pronto.

Si bien es cierto que en España la pandemia está remitiendo bajo las condiciones de un estricto confinamiento, existe incertidumbre acerca de cómo pueda comportarse durante la fase de desescalada o desconfinamiento progresivo. Se temen nuevos rebrotes cuando aumente la movilidad de la población y se recuperen muchas actividades. No se descarta volver a aplicar medidas estrictas de confinamiento si fuera necesario, pero ¿hasta qué punto será posible detener de nuevo la actividad social?

Los territorios que menos han sufrido la pandemia deben ser especialmente cuidadosos y no confiarse. Los flujos de población pueden invertir su situación de forma dramática. No es suficiente con que ofrezcan una imagen de territorios seguros, deben asegurarse muy bien para que eso no cambie cuando la gente empiece a moverse.

Además de la urgente aplicación de test masivos ante la amenaza de repuntes de la pandemia es necesario: 1) regular las conductas sociales para evitar al máximo los contagios; y 2) reforzar el sistema sanitario para evitar su colapso. A continuación me detendré en el primer aspecto.

La regulación de las conductas sociales puede descomponerse, a su vez, en objetivos a dos niveles:

  1. A nivel cognitivo y emocional: 1.1.) lograr que la población esté bien informada y que desarrolle un alto nivel de corresponsabilidad frente a las consecuencias sanitarias, económicas y sociales de la pandemia; y 1.2.) cultivar un clima emocional de serenidad y esperanza, pero también de empatía y condolencia hacia las personas perjudicadas.
  2. A nivel de prácticas sociales: 2.1.) promover la cooperación, el apoyo mutuo, y la solidaridad en sentido amplio; y 2.2.) conseguir que la población respete y aplique disciplinadamente las medidas que ayudan a prevenir el contagio.

Entre las medidas de protección para prevenir el contagio las más eficaces son:

  1. Mantener la distancia social entre personas, la cual en condiciones óptimas debe ser de, al menos, dos metros de distancia.
  2. Practicar una higiene personal eficaz, sobre todo el lavado frecuente de manos con agua y jabón.
  3. Utilizar barreras profilácticas: sobre todo mascarillas, pero también pantallas y guantes allí donde el riesgo sea mayor.
  4. Proceder a la correcta limpieza de espacios y objetos.

La aplicación eficaz de estas medidas exige un análisis de los puntos críticos de cada localidad y, dentro de ella, de los distintos espacios públicos y privados. No es suficiente con que a los empresarios se les prescriban determinadas normas, se necesitan planes de protección a nivel del conjunto del municipio.

Todas las medidas que se adopten deben estar correctamente alineadas con las instrucciones que emitan las autoridades competentes y deben estar respaldadas por procedimientos de control.

La comunicación es un elemento clave para conseguir todos esos objetivos. No es suficiente aplicar un modelo de comunicación unidireccional y jerárquico. También es necesario generar organización social y diálogo, escuchar a la población y tener en cuenta sus propuestas y capacidades para resolver problemas y afrontar los desafíos que tenemos por delante.

F. Javier Malagón

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